La inmensa mayoría de las misiones corporativas están estructuradas de la siguiente manera:
La misión de LA INSTITUCIÓN es brindar una educación de calidad que desarrolle y forme a nuestros estudiantes con conocimientos, habilidades, competencias y destrezas. De esta forma, podrán utilizar sus conocimientos en sus especialidades ocupacionales, lograr avances, responder a los requerimientos y satisfacer las necesidades del mercado.
El problema con este formato es que no tiene ningún valor práctico a la hora de operar y hacer crecer el negocio.
¿Cuántos de los empleados realmente van a recordar esta misión de memoria?
Veamos esta otra: En nuestra institución, nuestra misión es facilitar el acceso a los programas de incentivos económicos de Puerto Rico mediante soluciones personalizadas y eficientes para diversos sectores como tecnología, finanzas y más, comprometiéndonos con la mejora continua.
Ambas misiones no pasan la prueba de oro de una misión eficiente y pragmática.
Una de las características de una misión realmente eficiente es que los empleados la pueden decir de memoria. La razón por la cual los empleados la recuerdan de memoria no es porque rime, sea corta o sea un requisito memorizarla. La razón por la cual la recuerdan de memoria es que una misión SIEMPRE tiene principio, fin y un objetivo claro.
¿Cómo así?
Las misiones corporativas siempre deben estar atadas a la visión, es decir; la misión te acerca a lograr tu visión.
La visión es un animal totalmente diferente a la misión. La visión es amplia y abarcadora. Las visiones tienden a ser declaraciones tan profundas y grandes, que en la práctica podrían ser inalcanzables. Dos ejemplos de visiones amplias serían las siguientes:
1)Tengo un sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.
2) Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad
Pero por otro lado, la misión, aunque relacionada con la visión, tiene un objetivo específico, por ende, tiene que tener principio y fin. No es algo esotérico o abstracto.
Las misiones en una empresa siempre cambian. Una vez se cumple una misión, se establece otra, y el equipo continúa trabajando hacia esa misión.
Por ejemplo: en lugar de decir que la misión es facilitar el acceso a los programas de incentivos económicos en Puerto Rico, una misión útil sería: Iniciando el 1 de febrero y finalizando el 1 de julio de este año ayudaremos a 150 comerciantes a recibir incentivos económicos de Puerto Rico.
Esta nueva misión es una misión con la cual todos en la empresa pueden trabajar y establecer planes de acción estratégicos para lograrla.
Todos saben que deben iniciar el 1 de febrero y que para el 1 de julio tienen que haber ayudado a 150 comerciantes a recibir incentivos. Esta es una misión que todos los empleados van a recordar porque es una misión con un objetivo claro, un inicio y un fin. Los resultados de una misión son medibles. Si no se puede medir no es una misión.
Haz que tu misión sea práctica y que le sirva a tu equipo de trabajo para hacer crecer tu empresa.
Responde a este mensaje y escríbeme tu misión actual. Te ayudaremos a estructurarla de manera efectiva y que te ayude a mantener a todo el equipo enfocado hacia la dirección correcta.
También puedes evaluar tu empresa con Market Meter 2.0 aquí.